Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid - Núm 96

Fecha del Boletín 
24-04-2017

Sección 1.3.35.1: I. COMUNIDAD DE MADRID


Código de Verificación Electrónica (CVE): BOCM-20170424-5

Páginas: 6


I. COMUNIDAD DE MADRID

C) Otras Disposiciones

CONSEJERÍA DE PRESIDENCIA, JUSTICIA Y PORTAVOCÍA DEL GOBIERNO

5
DECRETO 49/2017, de 18 de abril, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural la pintura titulada “San Cristóbal”, de seguidor de El Bosco.

A instancias de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, conforme a la Resolución de 16 de abril de 2014, por la que se resolvió denegar la exportación de la pintura “San Cristóbal”, por ser una pieza de calidad, destacable dentro de las obras creadas en el entorno de El Bosco, y a la cual se le puede rastrear su procedencia desde antiguo en colecciones históricas españolas, vista la propuesta emitida por el Área de Catalogación de Bienes Culturales; considerando que la citada obra merece ser declarada Bien de Interés Cultural por su valor histórico y artístico, la Dirección General de Patrimonio Cultural, mediante Resolución de 7 de octubre de 2016, incoa expediente de declaración como Bien de Interés Cultural de la citada pintura.

En cumplimiento de dicha Resolución, se notifica a los interesados, a los efectos procedentes, al Ayuntamiento de Madrid, interesándole su exhibición en su tablón de anuncios por el plazo de un mes y se solicita informe a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Igualmente, se abre un período de información pública por plazo de un mes, a contar desde el día siguiente a su publicación en el BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID (25 de octubre de 2016), y se concede audiencia por el mismo plazo a los interesados, al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, al Ayuntamiento de Madrid y al Consejo Regional de Patrimonio Histórico, a fin de que cualquier interesado pueda examinar el expediente y presentar las alegaciones que estime oportunas.

Asimismo, se notifica al Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y al Registro de Bienes de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, quedando anotado preventivamente en los respectivos registros con los códigos 144246 y RBIC-2016-000013.

En el expediente se han cumplimentado todos los trámites previstos de conformidad con lo establecido en los artículos 7 y concordantes de la Ley 3/2013, de 18 de junio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid.

El Pleno del Consejo Regional de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, en el trámite de audiencia concedido, en sesión celebrada el 25 de octubre de 2016, muestra su conformidad por unanimidad de sus miembros con la Resolución de la Directora General de Patrimonio Cultural, de 7 de octubre de 2016, por la que se incoa expediente de declaración como Bien de Interés Cultural.

Igualmente, durante el período de trámite de audiencia, se recibe informe del Presidente de la Comisión de Monumentos y Patrimonio Histórico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que indica que, tanto la citada Comisión como el Pleno de la Academia, en sus reuniones celebradas respectivamente el 14 y 21 de noviembre de 2016, acordaron por unanimidad mostrar su conformidad con lo propuesto.

En el mismo período se recibe un escrito de alegaciones de la propiedad de la obra que es estudiado, informado e incorporado al expediente, reiterándose la propuesta técnica inicial.

En su virtud, de acuerdo con lo establecido en la Ley 3/2013, de 18 de junio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, y en el artículo 1.3 Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español, a propuesta de la Consejería de Presidencia, Justicia y Portavocía del Gobierno, el Consejo de Gobierno, previa deliberación, en su reunión del día de la fecha.

DISPONE

Primero

Declarar Bien de Interés Cultural la pintura titulada “San Cristóbal”, de seguidor de El Bosco, de acuerdo con lo dispuesto en el Anexo del presente Decreto.

Segundo

Practicar la correspondiente inscripción en el Registro de Bienes de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, de la que se librará oportuna certificación al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Tercero

La entrada en vigor se producirá el día siguiente al de su publicación en el BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID.

Madrid, a 18 de abril de 2017.

El Consejero de Presidencia, Justicia y Portavocía del Gobierno, ÁNGEL GARRIDO GARCÍA

La Presidenta, CRISTINA CIFUENTES CUENCAS

ANEXO

«DESCRIPCIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LOS VALORES DEL BIEN QUE MOTIVAN SU DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS CULTURAL

A) Descripción del bien objeto de declaración

Denominación: San Cristóbal.

Denominación accesoria: Fragmento de Las Tentaciones de San Antonio.

Clase de bien: Pintura.

Técnica: Óleo.

Materia: Óleo sobre tabla de roble.

Medidas: 45 ´ 20 centímetros.

Autor: Seguidor de El Bosco.

Escuela: Flamenca.

Época: Siglo XVI, primer cuarto.

Estado de conservación: Bueno.

Hieronymus van Aken, conocido en su país como Jheronimus Bosch y en España como “El Bosco” (h. 1450-1516) nació en la ciudad holandesa de ‘s-Hertogenbosch, en francés Bois-le-Duc, perteneciente al ducado de Brabante. Se sabe poco de su biografía, pese a la gran cantidad de teorías escritas sobre el significado de su obra. Miembro de una familia de pintores que trabajaron durante seis generaciones, su padre Anthonius van Aken era pintor miniaturista, como probablemente también lo fue su abuelo.

Tampoco su actividad artística está documentada, ya que solo hay datos de algunos trabajos menores no conservados y del encargo que le hizo Felipe el Hermoso de un Juicio Final en 1504, hoy desaparecido. Por otra parte, el artista no fechó ninguno de sus cuadros y son pocos los que llevan una firma que pueda considerarse original. Las características de su estilo se han podido fijar a partir de un reducido número de obras mencionadas en las fuentes escritas, posteriores todas ellas a la muerte del pintor y, en algún caso, de dudosa fiabilidad.

El Bosco conoció un gran éxito en vida. Muy apreciado en España durante el siglo XVI, el rey Felipe II fue un gran admirador del artista y llegó a reunir gran número de pinturas, tanto de su propia mano como de sus imitadores, que ya entonces se distinguían con dificultad de las originales. Aunque algunas han desaparecido, han llegado hasta nosotros la mayoría de las que el monarca destinó al monasterio de San Lorenzo de El Escorial, que son fundamentales para reconstruir el catálogo del pintor y definir las características de su estilo.

Los temas que El Bosco trata en sus pinturas son fundamentalmente religiosos y alegóricos. Mientras que los de carácter religioso son siempre fáciles de reconocer y de interpretar, no ocurre lo mismo con los asuntos alegóricos, que han provocado importantes debates. El significado oculto de estas composiciones ha sido objeto de interés, no solo de historiadores del arte, sino también de lingüistas, teólogos, sociólogos o psicólogos, que se han volcado en arrojar algo de luz sobre el enigmático pintor.

El Bosco, ante todo, fue un hombre de su tiempo, dotado además de una portentosa imaginación. En sus pinturas representó las obsesiones y las angustias de sus contemporáneos. Su arte se sitúa en la transición de la Baja Edad Media al Renacimiento, en un momento de grandes tensiones ideológicas y religiosas y, en cierto modo, sus pinturas reflejan esos conflictos, aunque todavía se sitúan en la tradición medieval de representar el mundo y lo humano como un inventario de tipos y casos ejemplarizantes sobre la experiencia de la vida, del pecado y de la muerte.

En su producción y en la de su taller también tuvieron una amplia presencia los santos, fruto del auge que experimentó el culto hacia ellos en esa época, ya sea como protectores o con carácter autónomo. Especial protagonismo en su obra tuvieron los santos ermitaños, cuya vida transcurrió al margen de la sociedad.

El Bosco abordó el tema de San Cristóbal en varias ocasiones, conservándose una versión titulada “San Cristóbal con el Niño Jesús a cuestas”, en el Museo Boymans Van Beuningen de Rotterdam y el dibujo de otra, subyacente bajo la pintura “Cristo ultrajado” o “La coronación de espinas” de la National Gallery de Londres.

Cristóbal o Christóforos, cuyo nombre significa "portador de Cristo", es un personaje mítico que procede de tradiciones populares alemanas, recogido en la Leyenda Dorada. Tras ser mercenario al servicio del demonio, buscó a Jesucristo para servirle por considerarle el ser más poderoso del mundo. Durante su búsqueda encontró a un ermitaño que le aconsejó que, para lograr su fin, debía ayudar a los viajeros a cruzar un peligroso río. La iconografía desde antiguo muestra al santo llevando a hombros a Jesús Niño a través de las aguas, casi doblado por su peso, ya que Jesús carga a su vez con los pecados del mundo.

La tabla que representa a San Cristóbal, objeto de este expediente, es el fragmento de una obra de mayores dimensiones que, a juzgar por una copia documentada, hoy en paradero desconocido, tenía como tema Las Tentaciones de San Antonio. Está cortada por los márgenes superior, inferior y derecho. Por las características de la copia, el San Cristóbal podría ser un fragmento del panel lateral de un tríptico o un fragmento recortado directamente de una composición apaisada.

La obra muestra un paisaje de costa accidentada con ríos o lagos que se abren hacia el mar. A la izquierda, sobre un roquedo, se sitúan unas construcciones. El centro de la tabla lo ocupa la figura de San Cristóbal, que porta sobre sus hombros a Jesús Niño, dentro de una esfera que representa el mundo. Un largo bastón sirve de apoyo al gigante, cuyas rojas vestiduras ondean al viento.

El paisaje está poblado de multitud de pequeñas figuras representando seres humanos, monstruos o animales. Algunas reproducen modelos creados por El Bosco, conocidas a través de originales, copias o grabados antiguos. También se reconocen objetos y motivos habituales en el repertorio del pintor, como la escalera, la bandera con la media luna o el gran escudo con la hoja insertada, que ya aparece en uno de los primeros grabados realizados por Alart du Hameel hacia 1490. Es significativa la presencia de un búho, que evoca la maldad.

No están presentes en cambio, algunos de los motivos utilizados por El Bosco al abordar este tema, como los brotes tiernos del bastón del santo o el pez que cuelga del mismo, referencia a la conversión. La figura del ermitaño podría estar representada por el propio San Antonio Abad, situada en el centro de la composición original.

La imagen de Jesús Niño encerrada en una esfera transparente que representa el mundo, tiene probablemente su antecedente en el dibujo de San Cristóbal subyacente bajo la pintura de El Bosco “Cristo ultrajado” de la National Gallery de Londres, que quizás pudo conocer el pintor de esta tabla.

Los colores del cielo, del agua y del resto del paisaje son pálidos y grisáceos, quizás por una derivación cromática de los azules originales.

Así como el paisaje y las pequeñas figuras recrean con fidelidad el universo bosquiano, la principal de San Cristóbal, pintada con precisión partiendo de un vigoroso dibujo, no se ajusta al estilo de las figuras del maestro, pues responde a planteamientos estéticos más modernos, propios del manierismo de la primera mitad del siglo XVI. Mientras que el pintor de ‘s-Hertogenbosch presenta sus figuras habitualmente en posición de tres cuartos, con las piernas flexionadas, el autor de esta tabla nos lo muestra en visión frontal, con el cuerpo curvado en forma de S en “contrapposto” clasicista y las piernas en tensión, en respuesta al gran peso que lleva sobre los hombros, manteniendo el equilibrio con ayuda del bastón. Las carnaciones del santo son pálidas como la cera, y están modeladas intensamente mediante la técnica del “sfumato” de raíz italiana. La cara es ancha, barbada, con ojos de sorpresa y un halo de misterio en la expresión. Las vestiduras muestran una disposición de pliegues muy elaborada, apareciendo de manera destacada dos de los picos del manto, que apuntan hacia direcciones contrarias.

Por lo tanto, aunque la técnica de las distintas partes es similar, se distinguen dos estilos diferentes en la pequeña tabla de San Cristóbal, uno correspondiente a un seguidor o imitador de El Bosco en el paisaje y las pequeñas figuras, y otro que correspondería a un maestro con personalidad ya afirmada, propia del primer tercio del siglo XVI, en la figura principal.

La atribución de obras en el círculo artístico de El Bosco es labor difícil por varios motivos. En su larga vida dibujó y pintó abundantemente, pero muchas de sus obras fueron destruidas en el movimiento reformista religioso del siglo XVI, que las consideraba inmorales. Por otra parte, desde muy temprano tuvo muchos imitadores, ya que algunas de sus composiciones se publicaron en forma de estampas, siendo las primeras las realizadas entre 1478 y 1494 por Alart du Hameel, cofrade del pintor. En otras obras fue ayudado por familiares o por miembros de su taller, que debió contar con ayudantes, discípulos y algunos colaboradores que, siguiendo sus modelos y también sus directrices, realizarían obras con o sin la participación del maestro. Habida cuenta de que no solía firmar sus cuadros ni fechar su producción, discernir su obra original de la salida de su taller o la realizada por imitadores, seguidores o copistas es harto complicado.

Desde que fue dada a conocer por Diego Angulo en 1940, la tabla de San Cristóbal fue considerada original de El Bosco hasta los años 80 del siglo pasado. A partir de entonces su autoría ha sido cuestionada, aceptándose como obra de calidad destacable de un seguidor cercano en el tiempo al maestro.

Por otra parte, los diferentes análisis científicos realizados recientemente en la tabla proporcionan argumentos a favor de la autoría de un dotado seguidor de El Bosco de comienzos del siglo XVI:

El análisis dendrocronológico de la tabla de roble, confirma la antigüedad de esta, que fue pintada en todo caso con posterioridad al año 1432.

La reflectografía infrarroja de la capa pictórica revela numerosos cambios o arrepentimientos en el dibujo subyacente, lo cual indica un proceso creativo, avalando su condición de obra original.

El análisis del conjunto por rayos X muestra un limitado uso del blanco de plomo, técnica de modelado usada por pintores primitivos, lo que es un argumento a favor de su temprana datación.

Además, la reciente comparación mediante reflectografía infrarroja de esta tabla con el dibujo subyacente en el cuadro “Cristo ultrajado” de la National Gallery de Londres revela ciertas similitudes en el dibujo de las figuras de San Cristóbal y Jesús Niño, aunque a diferente escala. También se aprecia que la tabla de “San Cristóbal” tiene varias capas de pintura de distintas épocas separadas por una imprimación, lo que puede indicar que quizás quedó incompleta y fue reutilizada tiempo después. El análisis indica asimismo que las pequeñas figuras tienen una datación similar a la figura principal.

Según consideraciones de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación del Patrimonio Histórico Español, la tabla estaría realizada por un seguidor de El Bosco que introduce algunas variaciones respecto a los modelos bosquianos y es una pieza de calidad destacable dentro de las obras creadas en el entorno de El Bosco.

Sea como sea, algunas características de la obra evidencian el conocimiento por parte del autor de otras formas de pintar emparentadas con los modos italianos, adquiridas probablemente a través del contacto con los Manieristas de Amberes, grupo de artistas que, tomando esta ciudad como centro de su actividad durante el período 1510-1530, desarrolla un tipo de pintura que trata de superar el agotamiento a que había llegado el sistema figurativo flamenco del siglo XV.

Así pues, la obra pudo ser realizada por un pintor que comenzase su formación en el taller de El Bosco o por un seguidor del mismo que, en un momento posterior, se instalase en Amberes atraído por la pujanza económica de la ciudad. No es descartable que la obra se iniciase en el propio taller de El Bosco o fuera de él en vida del pintor y se modificase o repintase algún tiempo después.

Aunque es arriesgado aventurar atribuciones por la falta de información documental sobre la mayoría de los artistas flamencos de la época, cabe destacar las semejanzas de algunos elementos figurativos y paisajísticos de esta tabla con otros del grupo de obras atribuidas tradicionalmente al pintor denominado “Pseudo Bles” o “Pseudo-Blesius”, maestro formado como miniaturista en un ambiente todavía gótico, activo entre 1510 y 1530 e identificado por la obra de referencia de la “Adoración de los Magos”, conservada en la Alte Pinakothek de Munich. La figura en “contrapposto” y la pierna desnuda del verdugo en “La Degollación de San Juan Bautista” de la Gemäldegalerie de Berlín, el “sfumato” de los rostros de algunas figuras del retablo de San Juan Bautista del Museo Nazionale de Messina o el “contrapposto” del escanciador del tríptico de “La Última Cena” del Metropolitan Museum of Art de Nueva York son una buena muestra de esas semejanzas, especialmente en lo que se refiere a la figura principal de San Cristóbal.

En todo caso, la obra tiene un excelente nivel técnico y artístico, y a pesar de su condición de fragmento, posee un elevado interés para el estudio de la pintura flamenca de los primeros años del siglo XVI, ya que ilustra la influencia de El Bosco en los círculos artísticos de Brabante y puede ser pieza clave para establecer nexos entre algunos de los pintores más importantes de la época.

Se trata de una obra documentada que se cita en la bibliografía especializada a partir de 1940. Se encuentra en España desde antiguo y perteneció a la antigua colección de los condes-duques de Benavente. En las últimas décadas ha formado parte de la colección Várez Fisa.

En consecuencia, teniendo en cuenta que el autor es un seguidor cercano de uno de los artistas más relevantes del arte universal, que en España tuvo un gran prestigio y que el propio rey Felipe II llegó a reunir numerosas pinturas de su mano y de sus seguidores; que esta tabla, de gran calidad artística y técnica, puede contribuir al esclarecimiento de las relaciones entre los artistas flamencos de principios del siglo XVI y a la reconstrucción de la personalidad y el catálogo de alguno de ellos; que es de gran interés para la investigación y el estudio de la evolución que experimenta el legado artístico de El Bosco a partir de la obra de sus seguidores, se considera que la pintura sobre tabla San Cristóbal posee un destacado valor para el patrimonio histórico-artístico de la Comunidad de Madrid.

Por todo lo expuesto se concluye que la pintura San Cristóbal, probable fragmento de un tríptico o cuadro representando “Las Tentaciones de San Antonio”, pintada por un seguidor de El Bosco en el primer cuarto del siglo XVI, reúne los valores artísticos e históricos especialmente relevantes establecidos en el artículo 2.2 de la Ley 3/2013, de 18 de junio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, para su declaración como Bien de Interés Cultural.

B) Estado de conservación del bien y criterios básicos por los que deberán regirse las futuras intervenciones

Aceptando que se trata de un fragmento, la obra se encuentra en buen estado de conservación, aunque los colores originales de los fondos han virado hacia tonos más grises o neutros. Los criterios a aplicar en restauraciones futuras serán, en todo caso, los de mínima intervención, diferenciación y reversibilidad».

(03/13.468/17)

Nota: El contenido del texto de la disposición que aquí se muestra no es necesariamente exacto y completo. Únicamente la disposición publicada con firma electrónica, en formato PDF, tiene carácter auténtico y validez oficial.

Sección 1.3.35.1: I. COMUNIDAD DE MADRID

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